Este trabajo documenta las secuelas de la guerra en Sudán, que ha dejado miles de muertos, desplazado a unos 13 millones de personas y puesto en riesgo de hambruna a la mitad de la población del país. O’Reilly se centra en un campo de refugiados en Chad, donde 700.000 sudaneses y sudanesas buscaron refugio a lo largo de la frontera con Darfur. Este conflicto está impulsado por potencias rivales como Emiratos Árabes Unidos, aliado de Estados Unidos, frente a Rusia e Irán, que compiten por influencia regional y por el acceso a recursos como el oro.